En él describe esta aventura con amplias dosis de acierto, con una prosa ágil y directa, y con descripciones necesarias y que son oportunas para un libro de viajes como este. También encontramos algunas reflexiones. Captamos la bondad y la sencillez del protagonista en las primeras páginas. Hay que señalar que para no ser un escritor reconocido, pues fue con este libro con el que se dio a conocer, está bastante bien escrito. Y para no ser un vespista experimentado, pues fue su segundo viaje en vespa, Giorgio Bettinelli hizo gala aquí de valor, determinación y una capacidad de solucionar problemas extraordinaria. Como se suele decir coloquialmente "le echó dos huevos". Hay que tener en cuenta que el hombre no tenía el más mínimo conocimiento de mecánica cuando empezó el viaje, cero; prácticamente el mismo que tenía cuando terminó. Una mezcla al cincuenta por ciento de coraje y de inconsciencia.
La verdad es que al italiano este le pasa de casi todo y en algunos momentos acabas riéndote tú mismo. En otros te maravillas de la capacidad de adaptación, resistencia, entusiasmo, de cambiar los planes, de solucionar cosas, o de la misma capacidad de supervivencia -que es casi tal cual en algún episodio- que atesora este aventurero que, desgraciadamente, falleció ya hace unos años.
En el libro también se puede ver la peculiar idiosincrasia de algunos de los pobladores de los países que atraviesa, y de sus costumbres, en especial Turquía, Irán, Pakistán y Thailandia. Más pinceladas de Birmania y Laos.
La narración, además esta cosida con un sutil humor, entre irónico y absurdo, muy particular del protagonista, y algo mediterráneo, que hace realmente fácil la lectura.
Si añadimos a esto algunos pasajes realmente hilarantes y algunos giros sorprendentes el resultado es un libro altamente recomendable para cualquiera, especialmente para los amantes de las aventuras, de los viajes y para algunos locos de las vespas como nosotros.
Para añadir, sin reservas, a la estantería de los mejores libros de aventuras en vespa, justo al lado de "Mi vespa, mi mujer y yo" y, por supuesto, de nuestro clásico "En 79 días, vuelta al mundo en vespa".
